Los covicafres


Me anuncia Eva Hibernia una de las conclusiones que saca ella de esto. Por esto léase el berenjenal nuestro de cada día y el fascinante repertorio de reacciones de obra, palabra u omisión que despierta. Me lo anuncia por teléfono, porque anunciar conclusiones en persona está prohibido los fines de semana y se desaconseja encarecidamente los días laborables. 

Me explica que desde que dimos a Dios por muerto (y quien dice muerto dice desautorizado o denostado, que cuando uno es Dios viene a ser la misma cosa), la plaza está vacante. Y por más que presumamos de posmodernos, un vacío es un vacío y todo vacío acaba lleno de algo. Eso aseveran el feng-shui y la física cuántica. 

Así que, igual que nuestros antepasados le concedían a Dios el papel de rector incontestable de sus días, nosotros se lo otorgamos hoy ¿a qué? ¿A la plaga? ¿Al inextricable debate científico? ¿A las laberínticas y desconcertadas medidas de contención, que tan pronto son mero barniz o simulacro, como estallan en ofensiva militar y se lían a cañonazos contra estas pobres moscas en las que por inanición nos estamos convirtiendo?

Eva no está paranoica. Más bien se monda de la risa. Y yo con ella. Nos pegamos un hartón de reír por no llorar. Suena muy digno lo de la inanición. Nos estamos encogiendo y metamorfoseando, sí, de hambre y de desprecio. De la miseria moral ajena. Para desquitarnos aún podemos reírnos de todo. Por teléfono.

Sale a colación nuestro antiguo Diccionario de uso, etimología y almalogía del español de términos cosmolingüísticos Pertejos o Peregrinos. Un juego en construcción que se nos quedó en el limbo (vaya una a saber cómo, como pasan las cosas cuando te das un momento la vuelta). Barajamos la posibilidad de retomarlo. En calidad de filólogas espontáneas hemos advertido un vacío en la lengua y nos aprestamos a llenarlo antes de que lo haga cualquier desaprensivo. El berenjenal demanda neologismos. Hacen falta agravios e improperios más acordes con los nuevos tiempos, más exactos y capaces de sacudir a los destinatarios de la indiferencia. Ya leerán nuestros progresos.

Para empezar, apunto la palabra covicafres. Nombre flamante y feo con que propongo nombrar en adelante a los que sacan provecho del desastre y deciden sobre los sacrificios de otros. No digo solamente los mandamases que se hacen los suecos, sino también los mandamenos que pudiendo con sus decisiones acrecentar los rigores de la época o dulcificarlos levemente, optan por lo primero. Los covicafres son buitres, sanguijuelas, a quienes ojalá se les acabe la fiesta tan pronto como se modere la plaga vírica. Ellos son otra plaga. 

Comentarios

  1. propongo sustituir mascarilla por bozal y adjuntar el verbo BOZALIZAR.
    ejem. bozaliza más que no te entiendo.
    por cierto:
    bozal
    De bozo.

    1. adj. Dicho de un esclavo negro: Que estaba recién sacado de su país. U. t. c. s.

    2. adj. coloq. bisoño (‖ nuevo en algún arte u oficio). U. t. c. s.

    3. adj. coloq. Simple, necio o idiota. U. t. c. s.

    4. adj. Dicho de una caballería: cerril (‖ no domada).

    5. m. Dispositivo que se pone a ciertos animales, preferentemente a los perros, en el hocico para que no muerdan.

    6. m. Esportilla, comúnmente de esparto, que, colgada de la cabeza, se pone en la boca a las bestias de labor y de carga para que no dañen los sembrados.

    7. m. Tableta con púas de hierro, que se pone a los terneros para que las madres no les dejen mamar.

    8. m. Adorno con campanillas o cascabeles, que se pone a los caballos en el bozo.

    9. m. Am. bozo (‖ cuerda que se echa a las caballerías sobre la boca).

    10. m. Cuba. desus. Persona que pronuncia mal la lengua española, a semejanza del antiguo negro bozal.

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    1. Mi querido Rubén:

      Gracias por su oportuna y erudita aportación, tan inteligente, divertida y barbuda como usted y como yo. Me quedo con el interesante concepto de BOZALIZAR que ya adivino que tendré la irritante ocasión de utilizar con mucha frecuencia. Muy sugerentes las connotaciones asociadas a la esclavitud y la animalidad de quienes llevamos bozal o bozo. Para no desesperar, me acogeré a la acepción octava y me coseré campanillas y cascabeles (adornos muy apropiados, además, para estas fechas).

      Reciba un cordial saludo.

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