La luz blanca de julio
Se ha detenido el aire.
¡Permanece tan quieto!
Renuncio a susurrar
para así no turbarlo.
Se embalsaron las aguas.
¡Se volvieron espejo!
Renuncio a chapotear
para no revolverlas.
Han callado los sueños.
¡Qué vacío azabache
se agazapa detrás
de los ojos cerrados!
Renuncio a imaginar
para no importunarlos.
¡Qué quieta está hoy la
vida!
La luz blanca de julio
congela el aquelarre
incesante de la copa de los
pinos.
Renuncio a pasear
para no sacudir
con el leve balanceo de los
brazos
las ramas en suspenso.
Me siento
en el balcón inmóvil,
inmóvil también yo,
y contemplo distante
este estático,
este efímero
mundo.
Y espero paciente
la ineludible,
la inminente
tormenta.

Me encanta
ResponderEliminar¡Qué alegría!
ResponderEliminarHoy también amenaza tormenta, pero el aire -en vez de quedarse quieto- ruge, embravecido.
Sí, realmente hay días en que apetece aquietarse, tal vez del todo, estar sólo en lo estático...la vida nos hace estar en continuo movimiento...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Pepa!
Saludos! :)
Ojalá tuviésemos una porción de quietud por cada zarandeo...
ResponderEliminarGracias por leer, Pulgacroft.
Un abrazo.
Querida Pepa: revoloteando por su Blog me detengo en este bello poema de renuncias a perturbar la Naturaleza. Y si me lo permite,con humildad, le doy continuidad pues enlaza a la perfección con uno que hice un día y que con mucha gracia convirtió mi hijo & su primo en una canción de cantautor, bona nit...:
ResponderEliminar"...Tormenta
de verano
paloma mensajera
me despiertas del letargo
dulceanaranjada
se mueve, se desliza, tiembla
me enseña, me encauza, orienta mi desorientación
ruge, chispea, jarrea, repiquetea
adormeces para acoger
mi sueño
si te pudiera ver, sentir, tocar...
relampaguea, junta y resquebraja, ilumina
las nubes, cúmulo de cúmulos, engrisecidos
enfurecidos
bellos
dulcealimonada
tormenta
gaviota sin rumbo
golondrina de paso
coma, punto y coma, punto y aparte
acústico sonido, retumba, estremece
llamada desesperada
a la rebelión
incesante
dramáticamente necesaria
agónica
¿es que tienes que resonar aún más fuerte?
para que te escuchemos
dulceaterciopelado chaparrón
rompedora de rutinas
removedora de miedos, de inquietudes
olor, a asfalto rendido a tus pies
aroma, a piel húmeda de campo
tierra mojada de pasión, de esperanza
dulcementesalada
tormenta
y el sol que traerás
que realmente, te adora
desvanecerá mis estúpidas dudas
y la luna de tu noche, estrellada, será faro de lunáticos
sabios
amantes
poetas
despejando mi incierto
enmarañado
e inexistente
camino
luna llena, de miedos, serás otra
y tú
dulcementecoloreada
tormenta
serás mi despertar
estrepitoso murmullo
cálido abrazo, a los que aún sienten
luminosa
irracional
sincera."
Gracias por compartir aquí este precioso poema, Emilio. ¡Cuánta música en él, aun sin la música!
ResponderEliminar"Dulceanaranjada", "dulcealimonada", "dulceaterciopelada", "dulcementecoloreada"... El verso que prefiero: "serás mi despertar".
Un abrazo.