Mudanza
Imprevisibles hadas desordenan
los estantes combados por el peso
de años de quietud.
Duendes de buena voluntad vacían
los cajones llenos de calcetines
pendientes de zurcir,
y los colman de oro,
mermelada de higos
y mullidos jerséis de punto bobo.
Luciérnagas descienden y se posan
en rincones callados,
antes desatendidos.
Todo es polvo y barullo, un remolino
de prisa y de sorpresa.
En la linde del bosque
una miríada de seres mágicos levanta
un hogar
donde hasta hace un momento sólo había
una casa.
los estantes combados por el peso
de años de quietud.
Duendes de buena voluntad vacían
los cajones llenos de calcetines
pendientes de zurcir,
y los colman de oro,
mermelada de higos
y mullidos jerséis de punto bobo.
Luciérnagas descienden y se posan
en rincones callados,
antes desatendidos.
Todo es polvo y barullo, un remolino
de prisa y de sorpresa.
En la linde del bosque
una miríada de seres mágicos levanta
un hogar
donde hasta hace un momento sólo había
una casa.
Fotografía de Salva Artesero

preciosa imagen :)
ResponderEliminarPreciós
ResponderEliminar¡Gracias, Ilse!
ResponderEliminar¡Gracias, Sílvia!
Convirtamos en hogares, con mimo y alegría, las casas que hoy nos acogen.