Miel y aguijón

Quienes así te ven,
dorada y transparente,
te toman por un dulce
caramelo de miel.

Y por eso se creen
invitados a abrir
tu envoltorio y morder,
hasta hacerlo migajas,
tu cuerpo vulnerable,
indefenso e inocuo.

Pero bajo tu forma
redonda y brillante,
eres en realidad
un pedazo de ámbar
ancestral e inmóvil,
que sus dientes no rompen.

Si alguien te quebrase,
si venciese tus fuerzas
con las suyas, a cambio
recibiría en la lengua
el cruel aguijonazo
de la abeja que encierras
hace más de mil años.



Comentarios

  1. siempre es mejor chupar q morder..especiamente con los caramelos d miel :)

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué cosa, esa tentación de pegarle un mordisco a lo que se ponga por delante! Desde la manzana del Edén, y seguimos igual...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Ganar

Los podadores insulsos

Sigue la pista de 'Las uñas negras'