Los niños tontos en su escondite

El de esconderse es uno de los juegos favoritos de todo niño: estar y no estar, volverse invisible mientras otro sigue su pista, contener la risa -y hasta la respiración- para no ser descubierto, vencer a fuerza de astucia y de habilidad la astucia y la habilidad del otro jugador.

Otras veces ese escondite secreto es compartido en prueba de amistad cómplice: cabañas, cuevas, recodos umbríos, armarios profundos o mesas con faldones.

Mientras permanece escondido, al niño lo asaltan la alegría de saberse buscado, la emoción por la proximidad del encuentro, el temor a que den con él demasiado pronto o a que no lo hallen nunca. Quien deberá buscar cuenta antes hasta diez, hasta cien, hasta mil, y quien espera oculto sigue en silencio el curso de los números que anuncian la inminente pesquisa. Ambos se debaten entre la paciencia pautada que dictan las normas del juego y la impaciencia desbordante que les insufla el hecho mismo de jugar.

"Los niños tontos", el nuevo espectáculo de la compañía Cos de Lletra a partir del libro homónimo de Ana María Matute, espera su fecha definitiva de estreno para la temporada 2012-2013. Mientras tanto, los días 16, 17 y 22 de junio, esos niños tontos se reunieron en la Asociación de Teatro Bambalina para jugar con un grupo de espectadores anhelantes. Fueron tres únicas funciones previas, tres preestrenos gratuitos con aforo limitado, en los que "Los niños tontos" invitaron al público a su escondite recóndito. Le mostraron sus sueños de colores, sus recuerdos polvorientos, sus invenciones crudas, sus miedos gigantescos, su fragilidad cristalina. Nadie salió indemne. "Los niños tontos" sacude el alma como se sacudían antes los colchones, dejándola magullada pero limpia.

Las representaciones fueron un verdadero encuentro a través del teatro, un reconocimiento mutuo entre el equipo artístico y el público. Durante las funciones prendió mágicamente la llama de las grandes noches teatrales: actores y espectadores respiraron el mismo aire y se les acompasaron el corazón y el sentimiento al mismo latido, que variaba a un ritmo vertiginoso. Compartieron una experiencia artística, humana, vital.

Las noches culminaron con un brindis entre fotografías de Jordi R. Renom y de los Hermanos Mayo: imágenes en blanco y negro tomadas en Ecuador y en México donde aparecen, en su escondite, más niños perdidos "en la gran tierra de los hombres".


Salva Artesero y Neus Umbert en "Los niños tontos".
Fotografía de Jordi R. Renom.


Comentarios

  1. Tants amagatalls per descobrir...

    Moltes felicitats per la feina ben feta!

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  2. Gràcies, Harry. Igualment.

    Feina i joc. Joc i feina.

    Play. Jouer. Actuar.

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