El cuento de Fecsa
El señor A.S. trabaja en el departamento de impagados de Fecsa, en su oficina de Barcelona. Ostenta el número de empleado 324 y cumple implacable con su labor de telefonear a los usuarios con recibos pendientes. A.S. no ignora que, a menudo, en pisos de alquiler el contador continúa estando a nombre de alguien que vivió allí años atrás (puede que incluso corresponda a un antiguo cliente irrecuperable, muerto). Éste es un inconveniente menor que podría hacer vacilar a otros, pero no al agente 324. A falta de un protocolo de empresa mediante el cual resolver errores así, A.S. no duda a desplegar sus mejores dotes de extorsión, instando al falso moroso a pagar o amenazándolo con emprender acciones legales. Se emplea a fondo y no sería extraño que ganase el trofeo al “Trabajador Bombilla” del 2008: pone toda su bilis al servicio del amo.
siempre hay a quien se le funden los plomos...
ResponderEliminar¡Y hasta hay quien es, él mismo, un plomo!
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