Removeremos tierra, carbón y tinta. Someteremos a puños las ideas. ¿Qué material no cederá, si no cejamos? Nos quedarán, ése es el precio, las uñas negras.
Ando de visita en un concurso televisivo y la cosa ha removido alborozo entre quienes me conocen y hasta curiosidad entre algunos de los espectadores. Pareciera que el hecho de salir en la tele fuese, en sí mismo, una feliz noticia. Pero no. Puede uno ser el centro de un avance informativo y que la cosa tenga mal pronóstico. O puede que lo hayan atracado en plena calle para que improvise una opinión sobre algo que ni le incumbe ni le interesa, y acabe figurando como portavoz del pueblo llano. Incluso puede que lo inviten para entrevistarlo acerca de algo que esta vez sí le incumbe y le interesa vivamente, y que su intervención sea interrumpida o desmentida por un interlocutor agitado –o, aún peor, por la publicidad–. Salir en la tele no es necesariamente bueno. ¿Qué hago allí, entonces? “Saber y ganar” lleva años alegrándome las sobremesas, con su tono amable y ameno, con la varie dad y la claridad de sus contenidos y con la participación de hombres y mujeres normales. ...
A una servidora los amigos suelen contarle cosas y ella luego va y se las cuenta, sibilina o impúdica, a ustedes. Así que con el paso del tiempo los amigos se escaman y, si bien ninguno ha llegado todavía al extremo de retarme a un duelo con espadas, sí que se nota que moderan sus palabras para evitar reconocerse después en el asunto o en el protagonista de un artículo de Las uñas negras . Es por ello que, en un ejercicio de astucia y esfuerzo, me he quedado calladita durante varios meses. ¡Casi reviento en semejante trance! Suerte que los amigos no han tardado en bajar la guardia y ya vuelven a abastecerme, generosos, de materia prima recia con que armar mis diatribas y controversias. Hay quien escoge a los amigos según su estatus, sus aficiones o las tres últimas cifras de su código postal. Pepa elige a los suyos por su conversación, pues si hay algo que le eriza la barba es la insulsez dialógica. Que se ofenda quien quiera. Hoy retomo las armas para atacar la sosería aduanera. ...
Síguele la pista... 𝗘𝗹 𝗲𝘀𝘁𝗶𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗣𝗲𝗽𝗮 𝗣𝗲𝗿𝘁𝗲𝗷𝗼 𝘀𝗲 𝗰𝗮𝗿𝗮𝗰𝘁𝗲𝗿𝗶𝘇𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗯𝗶𝗻𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝗱𝗲 𝗶𝗿𝗼𝗻í𝗮, 𝗿𝗲𝗳𝗹𝗲𝘅𝗶ó𝗻 𝗰𝗿í𝘁𝗶𝗰𝗮, 𝘆 𝗿𝗲𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀 𝗼 𝗹𝗶𝘁𝗲𝗿𝗮𝗿𝗶𝗮𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗳𝘂𝗻𝗱𝗮𝘀. El tono es a menudo ligero pero incisivo, con un enfoque en temas variados como la literatura, la política, la memoria y lo cotidiano. Usa juegos de palabras, estructuras narrativas poco convencionales y un aire cercano que invita a la reflexión sin perder un matiz humorístico o de complicidad. 𝗟𝗲𝗻𝗴𝘂𝗮𝗷𝗲 𝗰𝘂𝗹𝘁𝗼 𝘆 𝗮𝗰𝗰𝗲𝘀𝗶𝗯𝗹𝗲 𝗮 𝗹𝗮 𝘃𝗲𝘇: Utiliza referencias literarias y culturales, y combina frases elaboradas con un lenguaje coloquial. 𝗜𝗿𝗼𝗻í𝗮 𝘆 𝗰𝗿í𝘁𝗶𝗰𝗮: Introduce observaciones sagaces y opiniones personales que desafían las perspectivas comunes. 𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮𝘁𝗶𝘃𝗮 𝗳𝗿𝗮𝗴𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗱𝗮: Alterna anécdotas, reflexiones y comentarios breves pero profun...
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