Semblanzas [I]
Como
no había sido un buen hombre al uso, ni siquiera un buen hombre en
desuso –chapado a la antigua, un
hombre adusto pero leal de esos de antes–;
como jamás había conseguido superar su cojera del alma, que lo
confinó al burladero de las frustraciones, de los sueños truncados,
del mundo orbitando alrededor de su orgullo atormentado; como
su vida no fue nada más que suya, y a duras penas... cuando se murió
y el cura entonó el panegírico, la concurrencia se deshizo en toses
y codazos –hasta hubo algunas risillas afónicas– para vergüenza
y desconsuelo de quienes aún lo querían.

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