Hoy no existe
La ventana, por la que antes entraba sol a raudales, se asoma a la humedad y a la sucia blancor de un hoy incierto. Y de repente se antoja tentador apostarlo todo al rojo del mañana, quién sabe si más dulce, o al negro del ayer almibarado por la memoria olvidadiza. Porque un hoy brumoso y frío asusta, y parece que el futuro o el pasado enciendan una particular hoguera en el centro del pecho. Entonces piensa uno "Hoy no existe" y se pone en cuclillas a la vera de ese fuego que consuela. No sabe que los leños, la hojarasca y las astillas con que lo alimenta estaban destinados a servirle para construir un chozo, diminuto y tangible, en el que refugiarse.

tan profundo como hermoso
ResponderEliminarSólo existe hoy.
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