LA TRILOGÍA DE NUEVA YORK: 26 notas marginales


Pepa Pertejo leyó La trilogía de Nueva York de Paul Auster años atrás, cuando aún le venían grandes algunas de las inquietudes dominantes del autor que atraviesan las tres novelas en forma de inquietudes dominantes de sus personajes. El ejemplar de entonces lo tomó prestado de alguna biblioteca, supone, aunque ha pasado tanto tiempo que no acierta a recordar de cuál. Quizá fuese la misma biblioteca oscura, poco menos que escondida en un segundo piso, semivacía y de clausura inminente, de la que se llevó Corazón tan blanco y Los premios. Quizá no.


La releyó recientemente y sembró de notas marginales el libro, suyo esta vez, aunque tampoco acierta a recordar en qué librería lo compró. Tal vez en la misma donde adquirió Una vida absolutamente maravillosa y Los relatos del Padre Brown. Tal vez no.


Procedemos a transcribir aquí esos apuntes nerviosos y probablemente ininteligibles, rastro de grafito que ensucia las páginas y deja constancia agridulce de que una lectura a tiempo es una lectura dolorosamente más profunda; no en el sentido de que el lector se adentre más en la obra, sino de que la obra escarba sañudamente en el lector, lo azuza, lo transforma.


       SOBRE CIUDAD DE CRISTAL:

1.       CHANDLER.

2.      Quinn / Wilson / Work / Auster. El hombre, el escritor, el personaje, el autor real convertido en figurante, al autor ficticio oculto tras la máscara de alguien que desentraña un cuaderno rojo. ¿Quiénes son? ¿Y quién soy yo mientras los leo?

3.      A los escritores les cuesta pensar deprisa cuando están de pie.

4.      Si eran verdad sus viajes, ¿por qué nadie creyó a Marco Polo cuando regresó? Si la Biblia ha de ser creída, ¿cuántas interpretaciones admite?

5.      Desmitificación del encuentro entre el escritor y su lector. Disgusto. El escritor desea ser leído, pero no precisamente por esa lectora displicente, superficial, quisquillosa.

6.        Tras la Creación, Dios le asignó al hombre la tarea de nombrar la realidad, y éste así lo hizo. Las palabras se correspondían con el mundo tan perfectamente que el nombre y su correlato real eran intercambiables como una misma cosa. Pero el mundo fue transformándose y el poder convocador del lenguaje, debilitándose. ¿Cómo recuperar aquella lengua mágica, sagrada, poderosa, que no sólo representa al mundo sino que es el mundo mismo?

7.      El escritor real no protagoniza su obra. Tanto es así que puede entrar en ella e interpretar un papel secundario sin la menor reticencia.

8.     Cervantes / Cide Hamete Benengeli / Don Quijote. [Véase nota 1.]

9.      El narrador que parecía omnisciente admite, de pronto, que ignora una parte de los hechos, abriendo con ello un agujero nebuloso en su relato.

10.  Paul Auster escribe que alguien escribe que Paul Auster obró mal y mereció que ese alguien le retirase su amistad.


SOBRE FANTASMAS:

11.   BECKETT.

12.  [Subrayado:] “El conocimiento llega despacio y, cuando llega, a menudo hay que pagar un alto precio personal.”

13.  Cuanto hacemos nos transforma. Quien opte por vivir en quietud, soledad y silencio se verá arrastrado, lo quiera o no, a la observación, la especulación y la reflexión, y éstas lo acabarán conduciendo a porciones consistentes de pensamiento elaborado.

14.  Engarzadas en la gran historia, diversas historias medianas se despliegan en múltiples historias mínimas.

15.   Azul, como antes Quinn, como antes Paul Auster, abandona la que había sido su vida hasta entonces.

16.  Sinopsis detallada de “Retorno al pasado”.

a)     Evoca vivamente las imágenes originales.

b)     En realidad, nunca había comprendido cabalmente el desenlace de la película; como si [véase nota 8].

17.   [Subrayado:] “Cuando algo pasa, continua pasando siempre.”

18.  [Subrayado:] “Los libros hay que leerlos tan pausada y cautelosamente como fueron escritos.”

19.  ¿Cómo salir de la habitación que es el libro, si éste seguirá escribiéndose mientras él siga en la habitación y quedará abruptamente interrumpido tan pronto como él la abandone? La habitación existe si él la ocupa y desaparece si se va. ¿Cómo dejar atrás un lugar que no existe?

20. El primer párrafo enunciaba las “normas del juego” del texto que iba a ser escrito –a ser leído–. El último párrafo cierra el texto/juego con la norma final: Azul sale.

21.  ¿Adónde va y qué le sucede a partir de ese momento? Lo mismo que al Wakefield de Hawthorne cuando su cuento concluye.


SOBRE LA HABITACIÓN CERRADA:

22.  Motivos recurrentes:

a)     el cuaderno rojo,

b)     el investigador,

c)      el escritor y lo que escribe,

d)     el vagabundeo,

e)     los límites de nuestro conocimiento de los demás,

f)       la invención y su capacidad de intervenir en el mundo,

g)     el hombre y su doble,

h)    la disyuntiva entre vivir con un propósito o dejarse llevar,

i)       las diferentes versiones que admite el relato de una vida,

j)       los fragmentos autobiográficos que Paul Auster manipula y convierte en experiencias de los distintos personajes: la primera experiencia sexual, su esposa y su hijo, sus propios referentes literarios,

k)     etcétera.

23. Estos motivos [véase nota 22] no sólo son comunes a las tres novelas que se agrupan en esta trilogía, sino que anuncian los rasgos constantes de las obras sucesivas del autor.

24. [Subrayado:] “Una vida toca a otra vida.”

25.  [Subrayado:] “No era mi destino vivir como otras personas.”

26. [Subrayado:] “Tengo otros huevos que freír.”


Tras cerrar el libro y sin siquiera devolverlo al estante, Pepa Pertejo salió de su casa. Se dijo que quería tomar el aire, tan estancado y denso en cada una de las novelas; que quería tomar el sol, cegado en las tres historias con los tablones claveteados de la obsesión. Pero se mentía.


Salió a exponerse al consabido azar austeriano, a asistir al raro milagro de lo inesperado, sin prevenirse, sin oponerse. Salió a rendir por una tarde cualquier propósito firme que tuviera su vida y a dejarse llevar.


Todavía no ha vuelto.

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