Cultivando el milagro

Sigo aquí. No me he ido. Pero ando embarcada en un libro ambicioso, personal y absorbente. Tengo puestas en él las horas y las uñas. 

Desde que me persigue su idea recurrente y aún más desde que estoy poniéndola en papel, me suceden milagros a diario. Sencillos, no vayan a pensarse que me he bebido el seso.

Ando escarbando en vidas ajenas y me salen al paso maravillas que nunca me había contado nadie. ¿Escribo yo este libro o me está escribiendo él? 

Sigo aquí. No me he ido. Pero temporalmente me he apartado del ruido y me he recluido en un mundo –inventado y cierto– que alimenta una obra mayor. [No dejen de leer, no pierdan la costumbre de hacerme una visita. Me reincorporaré muy pronto a mi tarea de anfitriona eficiente presta a deleitarlos.]

 Fragmentos manuscritos
Fotografía de Salva Artesero

 

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