"En Faiquè" gana el Premio Junceda

Por entre la marabunta electrónica y cervecera que sitia el MACBA a eso de las siete y media de la tarde de este jueves 14 de junio –jueves de Sónar, jueves sagrado de nuevo cuño que reluce más que el sol–, se deslizan sigilosos y sin una acreditación que les cuelgue del cuello los ilustradores miembros de la APIC que se dirigen a la entrega anual de los premios Junceda. También yo, enemiga declarada de las aglomeraciones, me abro paso hasta la sede del FAD y me planto en el Auditorio, anhelante. ¿Qué hago allí?




Meses atrás el Hospital Sant Joan de Déu reformó una de sus plantas: el objetivo del proyecto era hacerla más acogedora y estimulante para los pacientes que permanecerían ingresados allí, todos ellos niños. La intervención culminó con la instalación, en forma de mural, del álbum ilustrado En Faiquè –con los dibujos a gran escala y el cuento íntegro y legible– ocupando completamente el pasillo. Comparto con Arnal Ballester la autoría de En Faiquè –suyas son las extraordinarias ilustraciones que multiplican la dimensión poética y política del libro; mías las palabras que narran las peripecias, mitad absurdamente reales, mitad esperanzadamente oníricas, del carterito Faiquè– y supe que el precioso mural del Hospital Sant Joan de Déu tomaba parte en los premios Junceda. Convocados por la APIC, son premios que reconocen la excelencia de trabajos realizados en distintas ramas de la ilustración concedidos por un jurado formado por ilustradores.

La entrega es alegre y sencilla. Manel Barceló ejerce de maestro de ceremonias y nos deleita con un cuento ilustrado –dibujándolo con la voz, coloreándolo con el gesto– sobre las hilarantes penalidades de dos ilustradores que se desloman y sufren en un mundo profesional ingrato. Arnal Ballester gana el premio a la mejor animación por Leer en casa / Reading at home y el premio a la mejor edición por el mural de En Faiquè. Y aunque la ingente labor de trasladar el libro a las paredes ha sido suya, él lo comparte conmigo, autora del texto. Lo comparte también con Idoia, de Chispum, la empresa responsable de los vinilos que conforman el mural.

En el brindis posterior tengo ocasión de conversar con otros profesionales de la ilustración, premiados o no, a quienes sólo conocía por sus dibujos: Pablo Amargo, ganador ex aequo del Junceda Ibèria por Casualidad, de Barbara Fiore Editora; Luci Gutiérrez, ganadora del premio a la mejor ilustración publicitaria por Bent on Learning; Anna Parini, galardonada con el Junceda a la mejor colaboración en prensa por Taxing the Super Rich, aparecido en The New York Times; María Hergueta, finalista en la categoría de ficción infantil por La conejita Marcela, de la editorial Kalandraka; y Gabriela Rubio, prolífica ilustradora y autora, miembro del jurado de este año.

Regreso a casa sonriendo, esquivando nuevamente esa babel de apasionados de la música electrónica –cuya vibración ha embestido tozudamente los cristales del Auditorio durante la entrega– y llevando conmigo el trofeo, obra de Meritxell Duran



Fotografías de Salva Artesero 

Comentarios

  1. Moltes felicitats pel premi.

    I, sobretot, felicitats per la feina diària, l'esforç constant i l'alegria de viure.

    Visca l'art i la creativitat!

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  2. El llibre no seria el mateix sense les il·lustracions, però menys ho seria sense el text ;)

    Moltíssimes felicitats!

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  3. Gràcies, Harry, pel teu suport diari, constant i alegre en això de crear i en això de viure!

    I gràcies, Teresa, per la teva atenció carinyosa cap a la meva feina. Petons.

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