Esencial

Estamos inmersos en un proceso de transformación indefinible, de alcance incalculable y que se filtra en todos los ámbitos. También en nuestro lenguaje. Palabras que hasta ayer presentaban un perfil inequívoco tallado en hielo, se deshacen hoy bajo este sol distinto y más intenso. No sabemos qué acabarán significando luego, ni cuánto de lo que querían decir quedará en el charco y cuánto evaporará definitivamente. De momento, esto son disquisiciones filológicas. Aquí lo primordial, fundamental, básico es comprender que cada transformación de una palabra la altera, la desfigura, pero no compromete su sentido intrínseco.

El adjetivo esencial, tan maltrecho ya por el uso interesado que de él venía haciendo la publicidad, ha cobrado temporal protagonismo desde el anuncio de la existencia y la prioridad de las actividades esenciales. La fórmula se ha aplicado a aquellas actividades cuyo ejercicio queda autorizado durante el confinamiento por considerarse indispensables en la situación excepcional presente. Y ha desatado airadas protestas públicas de los representantes de sectores que se consideraban a sí mismos la sal de la tierra, y también escozores privados de los trabajadores cuyo oficio ha caído en el saco indeseable de lo no esencial. No somos nada. 

En el otro extremo, gremios proclives a darse aires y que sólo accidentalmente han quedado en el lado de las actividades esenciales han sacado pecho. Ahora se pavonean por las calles y se extralimitan en sus tan esenciales funciones. Con mascarilla y guantes, sí, pero también con porra, actitud hostil y discurso amenazador y prepotente. La actividad de las fuerzas y cuerpos de seguridad (así los llaman; también cabría analizar aquí el sentido original de las palabras fuerzacuerposeguridad y la mutación que sufren en este contexto) se ha considerado esencial porque a día de hoy constituye la única herramienta disuasoria (quizá la palabra sea represiva) de la que el Estado cree disponer para convencer al ciudadano de que le conviene cumplir las normas establecidas.

Valga el sintagma actividades esenciales para significar «actividades indispensables para cubrir las necesidades generales más básicas (la pura supervivencia y la prevención de altercados multitudinarios)». Pero ¡por el amor de Dios, de la lengua o de la articulación del pensamiento libre!, que eso no nos distraiga de lo verdaderamente esencial en su sentido estricto. 




Comentarios

  1. Casi un año después en las noticias de la tele hablan de "personas esenciales". ¿Quiénes serán?

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    1. Depende de quien juzgue. Para la Economía, es esencial quien produce, quien mercadea y quien consume. Para la Belleza, es esencial quien crea y quien contempla. ¿Y para usted, quiénes son esenciales?

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