De ida y vuelta

Cargué por dos semanas
en mis hombros tu peso
-un saco maloliente
de plomo, de ira y pelos-,
y tú te carcajeabas
saltarín y ligero.

Catorce días bastaron
para colmar el vaso;
sobraron trece noches
para resquebrajarlo.
A cada quien lo suyo:
aquí tienes tu fardo.
Dices: "Sostenme aún".
Digo: "Ya te he soltado".

Tú: "Apiádate, por Dios.
¿Qué haré con tanto plomo?"
Y yo: "Haz una hoguera,
fúndelo en un perol."
Y tú: "Tendré calor,
me ahogaré en mis bigotes".
Y yo: "Aféitatelos
con navaja de azogue".
Y tú: "Me cortaré
de temblorosa rabia".
Y yo: "Adiéstrala, pues,
o guárdala enjaulada".

Cargarás tú mi peso
durante dos semanas
-maletón rebosante
de virutas de saña-
y yo canturrearé
y danzaré en revancha.


Que cada palo aguante su vela
Fotografía de Salva Artesero

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sigue la pista de 'Las uñas negras'

Yo soy buena persona

Test de Perogrullo